Una de las primeras herramientas usadas
por el hombre es el mazo, basada en golpe vertical, dejándolo caer. Se la
llama herramienta de la primera familia. Basados en ella se utilizaron varios
utensilios similares.
La maza y la clava
fueron evolucionando hasta llegar a convertirse en el martillo como lo
conocemos actualmente.
En el período neolítico se usaba un mango
de madera incrustado en una piedra.
A la segunda familia de herramientas
pertenecen el punzón y la aguja. Para realizar cortes mediante la
fuerza se comienza a usar el cuchillo, como herramienta de trabajo y de
defensa. Del cuchillo derivan muchas otras herramientas, como la tijera,
combinando dos cuchillos opuestos, también las familias de floretes y
espadas.
Muchos utensilios se basan en golpes, como
las hachas, otros combinan con tareas de palanca, como la tenaza.
Entre las herramientas de palanca, un
avance lo constituye la pala, con un mango y una hoja cóncava para
horadar la tierra, con un borde para ejercer la presión del pie. Fue elemento
esencial para las tareas agrícolas. Aparecieron también el rastrillo y la
azada.
El hombre descubre posteriormente el
movimiento de rotación de un cuerpo alrededor de un eje, lo que dio lugar
a más tecnificadas maquinas posteriores. Comienzan aplicando una vara a modo de
taladro giratorio para lograr el fuego.
Comienza luego la utilización de rodillos
y ruedas. Alrededor de 2900 años antes de Cristo, en Mesopotamia, se hallan las
primeras ruedas de carro, en tumbas de Ur.